Portada, entrada al recinto ferial.
Son las doce del mediodía, penúltimo día de feria, la única manera de ver las casetas y las calles es a esta hora. La empresa de la limpieza, ya lleva horas acondicionando el recinto para que cuando lleguen los visitantes este limpia y fresca.
Retiran los restos de un día y su noche, de bebida y comida que la gente deja en cualquier sitio y los bares ponen fuera de las casetas al amanecer cuando todos vuelven a casa a descansar.
A la una empezaba la llegada de personas mayores y padres con niños, todos arreglados con trajes de flamenca o sus mejores galas, al sevillano le gusta vestir bien en sus fiestas.
Las casetas se van llenando y las cocinas se ponen en marcha para atender a este público que quiere tomar unas cervezas frescas y un plato de jamón o tortilla de patatas y otras viandas además del vino Manzanilla y el invento del "rebujito" vino con gaseosa.
En la feria hay un retén de bomberos y otro de policía para asegurar el orden que a pesar de la gran cantidad de personas que pasean por el ferial lo hacen con tranquilidad y disfrutando de ella.
Calle a las doce del mediodía.
Caseta por dentro
El bar en la parte interior de esta.
Otra vista.
Otra calle recién regada.
Una caseta con más espacio.
Ya va llegando gente.
El techo adornado con tela abullonada.